Hola amados en Cristo, se que algunos me seguís
en “moterus vetustus.blogspot.com.es” donde suelo dejar mis
irreflexiones sin animo de que nadie me entienda, me de la razón o
haga suyas mis opiniones, que como siempre digo suelen ser
equivocadas.
Bueno, lo cierto es que el pasado día 4 de Junio,
después de una doble sesión de vacunas contra la COVID19 me propuse
hacer un viaje que llevaba tiempo deseando realizar, y aunque
tenia planeados los países, nunca planeo las ciudades, nunca o casi
nunca sigo los dictados de las agencias de viajes o de las oficinas
de turismo, por esa razón casi seguro que NO he estado en los
lugares que tu visitaste cuando viajaste a estos países.
Con los pertrechos suficientes para estas desde 2 días a 3
meses, lleno el deposito de “ la Viajera”, para los que
no lo sepáis, es una furgonecia de 6 metros, artesanalmente
preparada para llevarme a la otra punta del mundo sin sobresaltos.
Os iré contando en sucesivas entregas un poquito de como ha
sido, pero en general la calificación es de sublime : montañas,
cascadas, lagos acantilados playas, cervezas ( también ), gente
amable y servicial, en definitiva una gozada.
Pero hoy quiero rendir un pequeño homenaje a la familia de
Lorenzo Mosconi, un joven de Caorso, (Piacenza), a las orillas del
Po.
Después de un susto tremendo decidí que necesitaba una
cerveza bien fría y serenar el animo, así que me senté en una
terraza vacía y calurosa pedí una cerveza y la disfrute con calma;
cunado un joven de unos 25-30 años se me acerca y le invito a
sentarse; hablamos en “hispaliano” y al final me invita a su
casa después de litro de birra por cabeza, me presenta a su padres,
Danielle y Giovanna, un matrimonio mas joven que yo, amables y
educados que me ofrecen su casa.
Después, me lleva da a casa de ,los abuelos, colindante con la
suya, Elio y Angela, dos deliciosos abuelitos de 86 y 83 años que se
muestra tan hospitalarios como su hija y su yerno y me regalas unas
verduras de su cosecha y una botella de vino elaborado por ellos
mismo,
o contentos con eso visitamos al tío Luigi y a la tía Susana,
que no sudan en abrir una botella de vino cosechero y sacar un
tremendo salchichón que acabó sucumbiendo a la voracidad de los que
le teníamos cercado en la mesa.
charla distendida hasta bien entrada la noche, café expreso a
la mañana siguiente y despedida con abrazo cálido y sentido,
muchos kilómetros he rodado en solitario por mas de 24 países,
y es la primera ocasión en que alguien me ha abierto su casa a las 2
horas de conocerme, sin ningún tipo de restricción.
Gracias familia Mosconi Aradlo